El win-win es un concepto muy extendido y aceptado. Es una estrategia que traducido del inglés sería "todos ganamos" y tiene como objetivo que todas las partes salgan beneficiadas. En cualquier situación de la vida estamos negociando, buscando un acuerdo entre dos partes o una salida adecuada a una situación. Aquí es muy importante escuchar y comprender a la otra parte, sus necesidades, sus intereses, sus objetivos. Escuchar de manera activa, con empatía, sin estar preparando nuestra respuesta. Pequeña lección de anatomía; tenemos dos orejas y una boca por lo que tenemos que usarlas en consecuencia. La naturaleza es sabia, tenemos que observarla, escucharla y cuidarla. Aquí adquiere mucha fuerza el 5º hábito de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva que desarrolló Stephen R. Covey: “procure primero comprender y después ser comprendido”. En demasiadas ocasiones actuamos de manera diametralmente opuesta, queremos estar seguros que transmitimos de manera correcta nuestra idea y muchas veces no estamos preparados para escuchar, de corazón, las ideas o propuestas de los demás. Creo que en el proceso de consultoría con una organización es muy importante este proceder; escuchar, entender la situación y necesidad de la empresa. Este 5º hábito procuro hacerlo mío y aplicármelo. Y también el concepto de mirada atenta que habíamos compartido en un artículo anterior donde destacábamos la necesidad y la importancia de la observación y lo relacionábamos con la intuición.

En situaciones donde se quiere o se necesita  llegar  a un acuerdo es muy importante el contexto y de ahí la necesidad de la observación. Y primero pensar en comprender a la otra parte. Es muy habitual cuando no se comprende al otro intentar llegar simplemente a un compromiso de una manera rápida, optar por un camino fácil y encontrar una posición intermedia satisfactoria parcialmente para las dos partes aun sabiendo que esa resolución no optimiza la situación ni mejora la relación a futuro. La idea sería alcanzar un punto en el que las dos personas ya miren en la misma dirección y busquen una tercera alternativa en la que no sólo toleren y acepten las diferencias, sino que realmente se alegren de ellas. Crear de esta manera una solución, considerada por ambas partes como superior a las propuestas originales, mejora los resultados y genera un mayor y mejor vínculo en las relaciones personales. Ésta sería también una base donde cimentar los equipos de alto rendimiento, a partir de unas individualidades potentes, con sus capacidades y talentos, buscar un propósito que los una y genere una voluntad de mejora y creciemiento conjunto. Principio de la cooperación creativa. La auténtica fuerza se halla en las diferencias, no en las semejanzas.

Si enfocamos el concepto de win-win-win en la cadena de valor, proveedor-cliente-consumidor (sociedad) seremos capaces, a partir de la innovación, de generar un mayor valor al consumidor y un mejor impacto en la sociedad. Siempre con el enfoque #TripleBalance.